A más de 30 días del veto a la exportación de carne bovina, el presidente de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebú), Yamil Nacif, exigió reglas claras al Gobierno nacional para asegurar la estabilidad y el crecimiento del sector. En una reciente entrevista, Nacif destacó que, a pesar de los obstáculos, el sector productivo ha logrado aumentar la oferta de carne en el mercado nacional en un 22% en comparación con el año anterior. “Nosotros tenemos que seguir produciendo. Hemos venido en crecimiento y hemos demostrado que tenemos un 20% más de disposición de carne en el mercado entre un año y otro”, comentó el dirigente.
El aumento en la oferta, sin embargo, no ha sido suficiente para mitigar las dificultades impuestas por la falta de claridad en las políticas gubernamentales. En respuesta a las demandas del sector cárnico, el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, sugirió que los precios de la carne deberían retornar a los niveles de 2024. “Ha bajado, pero muy poco, tiene que bajar mucho más”, indicó Siles, haciendo referencia a los precios del producto en el mercado interno.
Sin embargo, mientras el viceministro aboga por la reducción de los precios, Nacif subraya que el sector necesita mejores condiciones para fomentar el crecimiento de la producción pecuaria nacional. El presidente de Asocebú resaltó que, a pesar de los frenos que enfrenta la industria, como la falta de seguridad jurídica y las dificultades en el abastecimiento de combustibles, las cifras siguen siendo positivas. “El gremio sigue trabajando y sigue produciendo, hemos sido responsables con nuestro trabajo y nuestro país, estamos en un crecimiento constante y lo que necesitamos son políticas claras”, concluyó Nacif, reafirmando la necesidad urgente de un marco regulatorio estable que impulse la competitividad del sector.
Este panorama refleja las tensiones entre el sector privado y las autoridades gubernamentales, que aún no logran encontrar un consenso que garantice tanto la estabilidad en los precios como la seguridad jurídica para los productores nacionales. El sector cárnico, clave para la economía boliviana, pide soluciones definitivas que le permitan seguir creciendo y manteniendo su competitividad en un mercado cada vez más desafiante.