“Santa Cruz se viste con un manto de expectación y frescura mientras se avecina un periodo de activación diurna hasta el viernes”. La danza celestial se despliega con tormentas aisladas que regalan preciosas precipitaciones localizadas, como pinceladas de vida en el lienzo del cielo. José María Rodríguez el pronosticador, revela que “el martes será un día de contrastes, con temperaturas oscilando entre 30 y 32 grados, creando una sinfonía térmica en la región”.
Los próximos días en “Santa Cruz serán como un poema climático, con noches serenas y mínimas que acarician los 22 o 24 grados”. Los vientos, moderados o fuertes en las tardes, susurran secretos de cambio en el aire. En este escenario, el pronóstico es claro y reconfortante: no habrá calores extremos, solo la armonía fresca de una naturaleza que despierta.
Beni, la joya que guarda la frontera con Brasil, se prepara para un capítulo especial. Aquí, las tormentas adquieren un papel protagónico, prometiendo un respiro en medio de la exuberancia tropical. “Las temperaturas máximas entre 30 y 32 grados hasta el viernes anuncian un cóctel perfecto de calidez y frescura”. El fin de semana, el escenario se transforma en un espectáculo, con lluvias más generalizadas que pintarán la región con la paleta de la inestabilidad.
La situación en Beni es como un cuento que se desarrolla, con pronósticos que sugieren un final de semana embrujado por la lluvia y la granizada. Baja presión, danzas de agua, y una blanda inestabilidad, son los actores principales en este drama climático. Y mientras el viernes se acerca, la certeza de este pronóstico se intensifica, como la emoción antes del telón que se levanta.
La humedad se convierte en la indicadora de una tormenta puntual, como Zaida que nos promete un espectáculo interesante. El viernes no será simplemente un día más; será el día en que nos encontraremos con una naturaleza que despierta, cambiante y llena de sorpresas. Un viernes que, sin duda, recordaremos con una sonrisa y la frescura del cambio en el aire.