Agro del Sur/ Las proyecciones agrícolas para Sudamérica muestran una tendencia positiva en la producción de soya y maíz, con Argentina y Brasil destacándose como los principales motores de crecimiento en la región. En el caso de Argentina, la producción de soya se estima en un rango de 53 a 53,5 millones de toneladas, lo que representa un aumento con respecto a los 50 millones de toneladas obtenidos en el ciclo anterior. Este incremento se debe a una combinación de factores favorables, como condiciones climáticas más estables y una estrategia de siembra optimizada que ha impulsado los rendimientos del cultivo.
Por su parte, Brasil, el mayor productor de soya del mundo, ya ha alcanzado el 90 % de la superficie proyectada para este cultivo, lo que augura una cosecha récord de 166,21 millones de toneladas. Esta cifra marca un crecimiento significativo del 12,5 % en comparación con la cosecha 2023/24, consolidándose como un pilar clave en el abastecimiento global de oleaginosas. El dinamismo en la producción brasileña refleja no solo un aumento en la superficie sembrada, sino también en el aprovechamiento de las mejores prácticas agronómicas y la adaptación a las condiciones climáticas regionales.
El clima ha jugado un papel crucial en el impulso de la producción agrícola en ambos países. En Argentina, las precipitaciones favorables durante noviembre no solo contribuyeron a una mejora en las perspectivas de soya, sino que también han tenido un impacto positivo en el cultivo de maíz. Este último muestra una mejora significativa en sus proyecciones, con una estimación de producción que podría oscilar entre 50 y 51 millones de toneladas. Esta cifra se apoya en la reducción de plagas, como la cigarrita, que históricamente afectaron las cosechas en las principales zonas productoras. El incremento de los rendimientos promedio, junto con una mayor superficie destinada a la producción de maíz para consumo animal, ofrece un panorama alentador para el sector agrícola argentino.
En cuanto a la soya en Argentina, las siembras avanzan a buen ritmo, alcanzando ya el 62 % de la superficie proyectada. El clima favorable y la optimización en las técnicas de siembra han permitido que las actividades agrícolas no se vean gravemente afectadas, incluso con las lluvias de noviembre. Además, el inicio de la siembra de soya de segunda, tras la liberación de las parcelas ocupadas por trigo, agrega un matiz de optimismo adicional, ya que se espera que este ciclo proporcione buenos resultados y consolide aún más la tendencia de crecimiento.
A nivel regional, las proyecciones para Brasil y Argentina en el cultivo de soja son un reflejo de las buenas prácticas agrícolas y las adaptaciones a los desafíos climáticos, como la variabilidad en las lluvias y las temperaturas extremas. En este contexto, Brasil se mantiene a la vanguardia con una estimación de producción de 166,21 millones de toneladas, mientras que en Argentina se prevé una cosecha de entre 53 y 53,5 millones de toneladas, lo que representa un aumento respecto al ciclo anterior.
Por otro lado, el cultivo de maíz en Brasil también se proyecta al alza, con una producción estimada para las tres temporadas del orden de 119,63 millones de toneladas, lo que equivale a un aumento del 3,4 % con respecto al ciclo 2023/24. Esta mejora refleja tanto la expansión de la superficie sembrada como las mejoras en la tecnología aplicada a la producción, que están permitiendo un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y un control más efectivo de plagas y enfermedades.
En resumen, las perspectivas agrícolas para Argentina y Brasil son altamente favorables, con un crecimiento sostenido en la producción de soya y maíz. Estos avances no solo consolidan a ambos países como actores clave en la cadena agroalimentaria global, sino que también abren nuevas oportunidades para la exportación y el abastecimiento en los mercados internacionales. Con un clima favorable y el continuo perfeccionamiento de las prácticas agrícolas, la región sudamericana se perfila como un pilar fundamental en la seguridad alimentaria mundial para los próximos años.