Valor Agro Paraguay/ Diego Heisecke, presidente del Consorcio de Ganaderos para la Experimentación Agropecuaria (CEA), destacó la complicada situación que atraviesa el sector productivo, profundamente afectado por la sequía y los bajos precios, lo que está conduciendo a una inevitable reducción del hato ganadero. Heisecke subrayó que espera que la disminución no supere el 3% proyectado por el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), aunque advirtió que la realidad podría ser más crítica, con una reducción mayor debido a los desafíos persistentes.
En su análisis, Heisecke explicó que los últimos tres años han sido especialmente difíciles para la ganadería, ya que las condiciones climáticas adversas han afectado la producción a todos los niveles. “Los productores primarios siguen luchando para mantenerse a flote, a pesar de las dificultades”, señaló, agregando que el impacto de la sequía ha sido devastador. Las proyecciones de Senacsa, que prevén una reducción del hato entre un 2,5% y un 3% para el próximo año, reflejan la gravedad de la situación. Heisecke, aunque optimista en cuanto a la posibilidad de que la caída no supere esa cifra, no descartó que pueda ser mayor debido a las condiciones actuales.
El presidente del CEA también destacó cómo los precios deprimidos afectan a toda la cadena productiva. Cuando el productor primario vende su ganado a precios bajos, se ve imposibilitado de reinvertir en la compra de terneros, lo que genera un efecto dominó que impacta tanto a criadores como a recriadores y terminadores. Aunque este último grupo no siente tanto el golpe como los criadores, las consecuencias se extienden a todo el sector. “Es un círculo vicioso que perjudica al productor en cada etapa del proceso”, comentó Heisecke.
Estudio del CEA y la caída en la preñez
Heisecke también mencionó que el CEA ha estado realizando estudios sobre los factores que afectan la producción ganadera, incluyendo la caída en los índices de preñez. Según señaló, este fenómeno fue especialmente visible durante los primeros servicios de otoño, lo que tuvo un impacto directo en la preñez y, por ende, en el hato ganadero. “Esto repercutirá en el tamaño del hato, tal como ya lo vimos en 2023, cuando registramos una disminución en la marcación debido a la vacunación de febrero. Lamentablemente, es probable que volvamos a ver un descenso similar”, adelantó.
Además, destacó que el CEA ha estado recibiendo múltiples consultas de ganaderos preocupados por los mismos problemas. “Nos han preguntado si otros productores están enfrentando esta situación, y lamentablemente, sí. La sequía ha golpeado con fuerza tanto en el Chaco como en la región Oriental, y esto se refleja en la caída de los promedios de preñez”, explicó.
Desafíos del precio y el desinterés en la ganadería
Otro de los problemas que enfrentan los ganaderos es el precio estancado que han estado recibiendo por su producción. Esta situación ha generado un creciente desinterés en el negocio ganadero por parte de los productores, quienes no ven incentivos suficientes para continuar invirtiendo. Heisecke mencionó que tanto el CEA como la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC) están buscando soluciones conjuntas con la industria para revertir esta situación que ha dejado al sector “muy resentido”.
“Estamos trabajando con datos concretos y estadísticas confiables, tanto de entidades gubernamentales como privadas, para demostrar el impacto de la ganadería en la economía del país”, señaló Heisecke. En uno de los informes presentados por el CEA, se detalla cómo la caída en la producción ganadera está afectando gravemente al stock y a las inversiones, lo que a su vez repercute negativamente en la generación de empleo en el sector.
Impacto en el empleo y la producción ganadera
Finalmente, Heisecke advirtió que la reducción del hato ganadero tendrá consecuencias directas en la capacidad de los productores para generar empleo. “La caída en la producción ganadera no solo afecta la economía del país, sino que también limita la capacidad de los ganaderos para ofrecer empleo a muchas personas que dependen de esta industria”, afirmó. La disminución del hato, sumada a los bajos precios y la sequía, están configurando un panorama difícil para el futuro de la ganadería en Paraguay.
Heisecke reiteró la necesidad de que el hato ganadero crezca en lugar de decrecer, pero reconoció que las circunstancias actuales están complicando ese objetivo. A pesar de los desafíos, confía en que el sector encontrará soluciones y que, con el apoyo de las autoridades y el trabajo conjunto con la industria, podrán superar este difícil momento.