En medio de un intenso debate entre el sector público y privado sobre la introducción de semillas genéticamente mejoradas con el objetivo de impulsar la productividad agrícola, Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), ha revelado datos impactantes sobre las consecuencias de la sequía en Bolivia. Según Hernández, aproximadamente 500,000 toneladas de alimentos dejan de producirse anualmente debido a la sequía.
En una entrevista con UNITEL, el ejecutivo de Anapo enfatizó que la aprobación de esta tecnología genética brindaría a los productores una herramienta vital para mitigar las pérdidas causadas por la sequía en los últimos años. Las pérdidas acumuladas ascienden a un valor estimado de $us 200 millones en ingresos perdidos para toda la cadena productiva de oleaginosas en el país.
Para contrarrestar el impacto devastador de la sequía, se está evaluando la aprobación del evento en soya HB4, junto con los resultados de las mesas de trabajo técnico y jurídico establecidas entre el sector público y los actores productivos para regular el acceso a la biotecnología en Bolivia. El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Remmy Gonzáles, confirmó el éxito de la primera evaluación de la semilla HB4 para su aplicación en el país, destacando que ha superado el primer filtro del Comité de Bioseguridad.
Sin embargo, aún quedan dos evaluaciones pendientes en la agenda para determinar la viabilidad de esta semilla, y los resultados definitivos no se conocerán hasta finales de este año. Gonzáles subrayó que, una vez que se completen las evaluaciones requeridas, se tomarán decisiones sobre la aprobación y aplicación de esta tecnología genética en la agricultura boliviana. La incertidumbre en torno a la sequía y la necesidad de encontrar soluciones efectivas para garantizar la seguridad alimentaria y los ingresos de los agricultores continúan siendo un desafío prioritario en Bolivia.
Fuente: UNITEL