A pocos días de culminar la siembra de la campaña agrícola de verano 2024-2025, el gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández, reportó una caída en las previsiones para el cultivo de maíz, debido a las lluvias persistentes que han afectado el avance de las labores agrícolas, especialmente en la región del Norte Integrado cruceño. Hernández destacó que, inicialmente, se proyectaba sembrar unas 100.000 hectáreas de maíz, pero las condiciones climáticas han reducido significativamente esa estimación. “En principio estimábamos sembrar unas 100.000 hectáreas de maíz; sin embargo, creemos que las mismas van a estar por unas 70.000 a 80.000 hectáreas en lo que es el departamento de Santa Cruz”, explicó el ejecutivo, añadiendo que este desfase podría ser difícil de recuperar a estas alturas de la campaña. (Unitel)
En cuanto al cultivo de soja, que es uno de los principales productos de la región, las siembras avanzaron a un ritmo favorable, con un 90% de avance en la zona este del departamento y un 70% en el Norte Integrado, a pesar de las dificultades causadas por las lluvias. Hernández señaló que, aunque la siembra de soja está llegando a su fin, el mayor retraso se presenta en la región norte del departamento, donde las precipitaciones continúan obstaculizando las labores de los productores. La previsión de siembra para soja es alcanzar un total de 1,2 millones de hectáreas, lo que mantiene las expectativas positivas para esta oleaginosa, aunque con algunos desafíos logísticos debido a las lluvias tardías.
El contraste entre los cultivos de maíz y soja no es el único indicador de las dificultades que enfrenta la campaña. Mientras que la siembra de sorgo superó las expectativas iniciales, concluyendo con un balance de más de 100.000 hectáreas sembradas, el maíz sigue siendo el principal punto de preocupación para los productores. Hernández recordó que la situación del maíz no es nueva y que, desde hace varias gestiones, no se ha podido garantizar el pleno abastecimiento para el mercado interno. Este déficit en la producción de maíz se ha convertido en un tema recurrente en los diálogos con el Gobierno, especialmente respecto a la necesidad de aprobar el uso de biotecnología para optimizar el cultivo.
De acuerdo con los datos proporcionados por Anapo, la producción total de maíz en la gestión 2024 alcanzó las 313.421 toneladas, una cifra significativamente menor en comparación con las 548.905 toneladas producidas en 2023, lo que representa una caída del 43%. El rendimiento promedio por hectárea fue de 2,65 toneladas métricas, mucho más bajo que el de la campaña anterior, donde se alcanzaron 3,73 toneladas métricas por hectárea. Hernández subrayó que la implementación de biotecnología podría ser una solución clave para mejorar la productividad del maíz y reducir la dependencia de las importaciones, especialmente considerando la creciente dificultad para acceder a divisas para la compra de maíz en los mercados internacionales.
“Con biotecnología, podemos apuntalar la producción de maíz, mejorar los rendimientos y evitar recurrir a las importaciones para satisfacer la demanda interna. Esto se ha complicado a partir del año pasado debido también a la falta de divisas”, destacó el gerente de Anapo, subrayando la necesidad urgente de adoptar tecnologías que optimicen la producción agrícola en un contexto económico y climático cada vez más desafiante.
A medida que avanza la campaña de verano 2024-2025, los productores cruceños se encuentran en un punto crítico, enfrentando tanto el impacto de las condiciones climáticas como las dificultades estructurales en la producción de maíz, lo que podría repercutir en la seguridad alimentaria y los precios internos en los próximos meses.