Los comercializadores de carne en Santa Cruz se encuentran en vilo, anticipando un inminente aumento en el precio del kilo de carne de res para los consumidores finales durante la próxima semana. Este aumento surge como respuesta al incremento de entre 2 y 3 bolivianos por kilo gancho registrado por los productores y mataderos, elevando el costo de 18 a 19 bolivianos a 22 y 24 bolivianos para los comercializadores.
El sector está listo para discutir este tema crítico con autoridades de cuatro viceministerios clave: Comercio Interno, Defensa al Consumidor, Lucha contra el Contrabando y Desarrollo Productivo. La reunión está programada para el próximo miércoles y ha sido convocada en colaboración con la Confederación Boliviana de Comercializadores de Carne. Esta iniciativa surge en respuesta a las advertencias del gobierno sobre la aplicación de sanciones en caso de un aumento en los precios que afecte a las amas de casa.
Gonzalo Serrudo, representante del sector, explicó que en la reunión regional se buscará obtener un aumento en el precio y llevar a cabo un nuevo censo del hato ganadero bovino. Este censo se utilizará para definir el nuevo precio al consumidor final. Serrudo enfatizó la importancia de la reunión del miércoles para llegar a un acuerdo beneficioso que no solo satisfaga las necesidades del sector, sino que también proteja los intereses de los consumidores finales.
“Si hubiera la posibilidad de incrementar entre 2 y 3 bolivianos, vamos a insistir. Sin embargo, no podemos hablar de un monto definido mientras no se dé la última reunión del miércoles donde esperamos un buen acuerdo, un buen diálogo donde lleguemos a un consenso que beneficie al consumidor final”, señaló el dirigente comercializador en carne.
Según el viceministerio de Comercio Interno, Bolivia cuenta actualmente con 11.455.000 cabezas de ganado bovino destinadas a la producción de 347.000 toneladas de carne de res. Este volumen de producción es mayor en comparación con el año anterior, cuando se registraron 326.000 toneladas, en relación al consumo interno que ronda las 302.000 toneladas. La situación plantea desafíos significativos que requerirán un cuidadoso equilibrio entre los intereses del sector y la estabilidad del precio para los consumidores.