Los microorganismos, en particular las bacterias y los hongos, desempeñan un papel crucial en la descomposición de residuos vegetales y animales, convirtiéndolos en nutrientes disponibles para las plantas. Esta transformación es esencial para el ciclo de vida del suelo, ya que los microorganismos convierten las sustancias orgánicas en nutrientes inorgánicos que pueden ser absorbidos por las plantas a través de sus raíces. Además de proporcionar nutrientes, los microorganismos también mejoran la estructura del suelo y sus propiedades físicas.
El ingeniero agrónomo, Luis Felipe Cárdenas destaca “la importancia de la simbiosis entre los microorganismos del suelo y las raíces de las plantas para mejorar la absorción de nutrientes y agua”. Señala que “los microorganismos son capaces de llevar a cabo los ciclos biogeoquímicos de la naturaleza, nutriendo así a las plantas a través de procesos de descomposición y producción de nutrientes inorgánicos”.
El ciclo biogeoquímico, que involucra el intercambio de elementos químicos entre los seres vivos y su entorno, es esencial para la nutrición de las plantas y la salud del suelo. Cárdenas enfatiza la posibilidad de mejorar la calidad de los alimentos y la densidad mineral en la agricultura mediante el entendimiento y la aplicación de estos procesos.
Además, Cárdenas explica que “las plantas necesitan una variedad de minerales para su desarrollo, los cuales son proporcionados por los microorganismos del suelo”. Estos minerales, como hierro, potasio, nitrógeno y magnesio, son esenciales para la salud y resistencia de las plantas frente a plagas y enfermedades.
En resumen, la interacción entre microorganismos del suelo, plantas y nutrientes es fundamental para la salud del suelo, la producción vegetal y la seguridad alimentaria global. La comprensión de estos procesos puede conducir a una agricultura más sostenible y nutritiva para el beneficio de la población mundial en crecimiento.