En sus perspectivas anuales para el 2024, Rabobank, el banco especializado en agronegocios y alimentación, anunció que se espera una significativa caída en el precio de los alimentos. Este fenómeno se atribuye principalmente al aumento en la producción de maíz, soya, azúcar y café como respuesta a los elevados precios de los últimos dos años. Según el informe, la producción en aumento de estos commodities podría generar una disminución en los costos, beneficiando a sectores como la industria láctea y cárnica, entre otros.
Desde el año 2020, los precios de los commodities agrícolas experimentaron un incremento abrupto debido al fin de la pandemia de COVID-19. Esta tendencia se acentuó aún más con la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, afectando a dos de los mayores productores de trigo a nivel global. La escalada de precios afectó principalmente a productos esenciales para la nutrición diaria, como lácteos y huevos, contribuyendo significativamente a la inflación alimentaria.
El informe destaca que esta volatilidad en los mercados de commodities agrícolas también se refleja en el precio del trigo, un grano esencial para los países en desarrollo. A pesar de que 2024 marca el quinto año consecutivo de déficit global entre oferta y demanda de trigo, Rabobank predice una caída pronunciada en su precio. Esto se debe a la proyección de una nueva cosecha excepcional en Rusia, que planea exportar más de 60 millones de toneladas, impactando negativamente en los precios globales del grano.
El banco holandés advierte sobre las consecuencias de una prolongada guerra entre Rusia y Ucrania, que podría derivar en una crisis alimentaria a nivel mundial. Más del 70% de las exportaciones de trigo pasa por los puertos de ambos países sobre el Mar Negro. La interrupción de estas exportaciones podría tener graves repercusiones en el suministro global de trigo.
Rabobank subraya la importancia de Rusia en el mercado de trigo, siendo el principal productor y exportador a nivel mundial. Además, resalta que la falta de una alternativa viable a la oferta de trigo de Rusia y Ucrania podría llevar a un aumento inflacionario catastrófico si disminuyen bruscamente sus ventas al mundo. En este contexto, la estabilidad y el suministro constante de trigo se vuelven fundamentales para evitar crisis alimentarias a nivel global.