La crisis de desabastecimiento de carburantes que atraviesa Bolivia ha puesto en jaque el sistema de abastecimiento de productos y servicios a nivel nacional, afectando no solo a las cadenas de suministro de alimentos sino también a múltiples sectores económicos. Esta situación ha escalado hasta el punto de provocar el cierre de miles de empleos, golpeando con mayor intensidad a las familias en condiciones de vulnerabilidad. En este contexto, representantes de la cadena alimentaria han emitido una contundente demanda dirigida a las autoridades: la liberación inmediata de la importación y comercialización de carburantes, de forma que agentes privados puedan contribuir al abastecimiento y mitigar así los efectos del desabastecimiento que enfrenta el país.

La magnitud de la crisis exige medidas urgentes, ya que las consecuencias de la falta de carburantes van más allá de la simple paralización de actividades productivas. La escasez está afectando la disponibilidad de alimentos y otros productos esenciales, encareciendo los precios y restringiendo el acceso a bienes básicos en diferentes regiones del país. Ante la gravedad de esta situación, los sectores productivos y de transporte han decidido no asistir a la reunión convocada por el Presidente en La Paz, planteando en su lugar una convocatoria en Santa Cruz, que incluiría a todos los actores de la cadena alimentaria —productores, transportistas, gremialistas, entre otros—, con el objetivo de buscar soluciones viables en el mismo epicentro de la problemática.

Como parte de su propuesta, los sectores afectados sugieren la creación de una cadena mixta de aprovisionamiento de carburantes, en la que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) continúe con sus actividades de distribución, pero permita la participación del sector privado en la importación y comercialización de hidrocarburos. Esta medida, plantean, no solo aliviaría la escasez sino que también dinamizaría la economía, promoviendo la competencia y garantizando una oferta más amplia y eficiente para el consumo nacional. En sus declaraciones, los representantes de la cadena de suministro recalcan que el sistema actual ha fracasado y que es urgente implementar un modelo que permita una respuesta rápida a la creciente demanda de combustibles en todo el territorio.

En un pronunciamiento conjunto, los sectores han anunciado que se encuentran en estado de movilización permanente y que continuarán exigiendo acciones concretas para resolver la crisis. A su vez, agradecen el respaldo del Presidente del Comité Pro Santa Cruz, quien se suma a este llamado de acción en aras de una respuesta interinstitucional que promueva el bienestar de la población. En conclusión, la situación de desabastecimiento ha alcanzado un punto crítico, y el clamor de los sectores afectados exige que las autoridades escuchen y respondan a la demanda de liberación del mercado de carburantes para asegurar un suministro estable y constante.