El gerente general de Bolivia Frigorífico Concepción (BFC), Paulo Macedo, conversó con Valor Agro sobre la actualidad y las oportunidades del mercado interno y de exportación. Aseguró que el crecimiento internacional “abre espacios para el ganadero y el agricultor” y “mueve una rueda muy grande de negocios y dinero” donde “el gran beneficiado es el Estado con el ingresos de divisas para la economía de Bolivia”. Además, dijo que “es optimista para una aplicación del cupo”, dado que se está estudiando la ganadería para actualizar el volumen de carne sobrante en el mercado.
¿Cómo es la actualidad de BFC en Bolivia?
Fue un desafío a inicios del 2018 comprar una planta frigorífica, cuando llegamos teníamos una visión en la exportación de carne. Pero el Gobierno puso una regla de tener el abastecimiento de carne garantizado para el mercado interno y se estipuló cupos. Fue una novedad para nosotros. Un susto al principio porque nos limitaba mucho, pero después invertimos en el mercado interno con aperturas de varias carnicerías. Hoy disponemos de 15 locales y pretendemos llegar a 18 con 3 más. Son locales que están abiertos en todo Bolivia. Proyectando seguir creciendo durante el 2024 en el mercado interno.
¿Cómo analiza el mercado interno?
El mercado interno en Bolivia es sólido y estructurado, no hay variaciones altas de precios. Es una ventaja porque da seguridad de compra ya que las ventas están garantizadas a un precio bastante fijo. Si tomamos un periodo de diez años, el mercado interno tiene una flotación de precios y es bueno para los agronegocios.
En producción de carne, ¿cuánto más espacio hay en el mercado interno o el crecimiento está en la exportación?
La verdad que debemos apuntar al mercado interno y de exportación. Porque si queremos crecer en exportación, debemos crecer en el mercado interno, esa es la condición con el Estado. Claro que la exportación es un factor muy importante para el Estado por el ingreso de divisas que genera al país sin desabastecer el mercado interno. Hoy como empresa contamos con sistemas de producción primaria e innovaciones en la industria pensando en crecer eficientemente en el mercado interno y la exportación.
Siguiendo en el mercado interno, ¿cómo ve la demanda desde la conciencia por el tipo de producto a consumir y la profesionalización de la cadena?
También fue un desafío para nosotros porque cuando abrimos las dos primeras carnicerías intentamos implementar la venta de carne al vacío, cosa que culturalmente no era conocido o explotado por otras empresas. Nos costó bastante pero hoy te puedo decir que la marca está consolidada, con una calidad de carne muy buena. El consumidor nacional aprendió a buscar la carne de calidad que es la mejor, la envasada al vacío, porque hay controles de seguridad sanitaria muy superiores al modelo antiguo de comercialización. El mercado está caminando hacia un futuro bastante interesante para la carne industrializada.
Entrando en la exportación de carne: cómo ve la posibilidad de aumentar los cupos de venta al exterior, mirando el objetivo de aumentar la producción e ingresar más dólares a la economía…
Estamos muy optimistas. De acuerdo al Estado se hizo un censo agroganadero y los resultados se deben publicar antes de fin de año, donde esperamos que haya un incremento del cupo de exportación. Según al sector primario, hay un saldo sobrante más grande que el cupo actual, claro que la palabra final será del Gobierno, pero para eso después de un año o casi dos de espera, se está haciendo el estudio a nivel nacional y esperamos que haya un aumento de la cuota de exportación. Hoy hablamos de 16 mil toneladas, según el Gobierno podríamos llegar a 20 o 25 mil toneladas, hay buenas expectativas para que eso suceda. Más aún porque estamos trayendo mercados, como Chile, Paraguay, la apertura de Brasil y otros clientes que quieren la carne boliviana pero debemos tener la mercadería. Estamos muy confiados que habrá un saldo favorable para crecer.
Además está el mercado de China, donde los principales proveedores del Mercosur destinan un porcentaje muy alto del total de sus ventas y Bolivia tiene la capacidad de llegar a 180 mil toneladas, ¿ese espacio genera optimismo?
El cupo se dio en base a un cálculo del Estado para garantizar el abastecimiento al mercado interno, pero salió en el pasado. Cuando llegamos acá se hablaba de un sobrante de 40 mil toneladas, pero cuando se abrió el mercado bajaron a 14 mil toneladas el primer año y subieron a 16 mil el segundo, y ahora estamos expectantes en llegar a 20 o 25 mil. Es un freno a la exportación, y queremos creer en el sector ganadero que garantiza que hay sobrante y ojalá eso quede demostrado en el estudio del Gobierno.
Con una exportación más liberada, ¿cómo impactaría en el sector primario, en la industria y en la economía?
El crecimiento es algo favorable en todas las fases de la cadena. Con una mayor exportación se abren espacios para el ganadero y el agricultor. También para la economía nacional, dado que la exportación mueve una rueda muy grande de negocios y dinero, y al final el gran beneficiado es el Estado porque esa mercadería que se vuelca a la exportación regresa en divisas para la economía de Bolivia. Dependemos de la apertura del Gobierno en que acepte el crecimiento del mercado. Hay cupo abierto, sobrante y sería un buen movimiento. Y con el crecimiento de la ganadería, el mercado está garantizado. No tendríamos que tener dudas de eso.
¿Hay un desafío de incrementar los kilos de los animales que ingresan a las plantas para tener más producción de carne por unidad?
Está bastante claro y matemáticamente fácil de comprobar. El año pasado hicimos el desposte para demostrar al Gobierno que los números que ellos manejaban es una base de canal de 200 kilos, y hoy estamos faenando de de promedio animales que dan carcasas de 260 a 280 kilos. Son 60 kilos de promedio más por animal, y eso es posible gracias al avance genético de Bolivia que fue excelente. El productor está siendo más eficiente, rotando más el campo de hacienda al sacar animales jóvenes pero con mayor peso. Hay una ventaja muy interesante para ambos mercados.
¿Cómo se posiciona Bolivia en calidad de carne?
La carne boliviana tuvo una aceptación muy buena a nivel mundial. Los clientes de China tienen muy buenos comentarios, y a nivel del Mercosur, haciendo una comparación con Paraguay, Argentina y Brasil; Bolivia está muy bien posicionado. En el país hay un gran trabajo en genética, no hay atrasos, ya que sumamos dos décadas de mucha inversión y eso está resultando con carne el mismo padrón y los clientes están muy satisfechos.
¿Cuánto valor agrega a la cadena la exportación de carne mirando el negocio a futuro?
Bolivia entra a una fase de modernización a nivel de campo. La industria está bastante moderna. Sí falta modernizar el campo, y si entramos a Chile o la Hilton en Europa será necesario implementar la trazabilidad y otras herramientas tecnológicas. Estuvimos viendo la posibilidad de traer empresas para el control de dentición. Son bases que en la ganadería debemos empezar a trabajar lo antes posible, porque cuando Chile u otro mercado de una respuesta van a poner condiciones y son pasos muy cercanos que Bolivia debe dar para ingresar a esos destinos.