La reciente caída en los precios de productos agropecuarios y su impacto en el sector fue uno de los temas centrales abordados durante el Simposio Internacional Agropecuario “Desafíos para Encarar Una Nueva Realidad”, organizado por CREA Bolivia. En el evento, celebrado en el Salón Gardenia del Hotel Los Tajibos, diversos expertos compartieron sus perspectivas y recomendaciones para que los productores se adapten a un panorama económico cambiante. José Avellaneda, ingeniero agrónomo y gerente general de la Agropecuaria Cevaryna de Venezuela, advirtió sobre la tendencia de caída en términos reales de los precios agropecuarios, enfatizando la necesidad de preparación para enfrentar escenarios más adversos.
La economía de los precios agropecuarios
José Avellaneda, en su ponencia titulada “La Economía de los Precios Agropecuarios”, alertó a los productores sobre la caída sostenida de los precios de productos clave como el ganado bovino. Explicó que, en términos ajustados por inflación, estos precios han experimentado una disminución significativa, lo que se refleja en una caída del 50% en el valor del ganado bovino en Bolivia durante los últimos 15 años. Este fenómeno no solo afecta a la rentabilidad de los productores, sino que también genera incertidumbre sobre la viabilidad económica a largo plazo del sector ganadero en el país.
“El problema se agrava porque el Banco Central de Bolivia se quedó sin divisas, y esto ha empujado al precio del boliviano frente al dólar americano, complicando aún más la situación”, indicó Avellaneda. Ante este contexto, hizo un llamado a los ganaderos para que se preparen para un escenario que podría volverse más desfavorable si no se implementan estrategias adecuadas para mitigar el impacto de la caída en los precios.
Análisis de precios de granos
Avellaneda también presentó un análisis detallado de la situación actual de los precios de diversos granos, como el trigo, el maíz, el girasol y el sorgo, destacando los retos y oportunidades que enfrenta cada cultivo. Respecto al trigo, explicó que para que el precio de este grano mejore en términos reales, es necesario aumentar la superficie cultivada en el país, lo que generaría una economía de escala y permitiría a los productores cobrar precios más competitivos. “Para mejorar el precio del trigo, se necesita aumentar la superficie de cultivo. Es una cuestión de economía de escala que permitirá que el productor obtenga mejores precios”, mencionó.
Sin embargo, el panorama para el girasol es más sombrío, ya que, según Avellaneda, el aumento en la superficie cultivada o en la producción del grano no conllevaría una mejora en el precio del producto. En cuanto al maíz y el sorgo, los indicadores apuntan a un posible repunte en los precios durante la campaña de invierno, siempre que se logre incrementar la productividad. Avellaneda destacó que la eficiencia es clave para que Bolivia pueda competir con los países del Mercosur, pero uno de los desafíos más grandes es la imposibilidad de producir maíz genéticamente modificado, lo que limita la competitividad frente a los híbridos que tienen rendimientos más bajos.
Nuevas habilidades para enfrentar desafíos
Gonzalo Herrán, productor agrícola y ganadero de Argentina, también participó en el simposio y subrayó la importancia de que los productores desarrollen nuevas habilidades para poder adaptarse a un entorno económico cada vez más incierto. Según Herrán, es fundamental que los productores dejen de pensar solo en términos de producción y adopten una mentalidad más empresarial que les permita gestionar mejor los riesgos económicos que afectan a sus actividades.
“Existe la necesidad de dejar de ser solo productores y empezar a actuar como empresarios. Esto implica desarrollar habilidades nuevas, especialmente en el ámbito financiero, que nos ayuden a proteger nuestra producción de los vaivenes económicos que enfrentan nuestros países”, afirmó Herrán. Para él, el desarrollo de estas capacidades no solo fortalece la resiliencia del sector, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades que pueden ayudar a contrarrestar la volatilidad de los precios en el mercado agropecuario.
La recomendación de Herrán es que los productores no solo piensen en vender sus productos, sino que también aprendan a gestionar riesgos, diversificar sus fuentes de ingreso y adoptar prácticas que les permitan ser más competitivos en el mercado global. “La adaptación es clave. Si no logramos adaptarnos y aprender a navegar en estas aguas turbulentas, las consecuencias para el sector pueden ser severas”, concluyó.
Perspectivas y acciones futuras
La caída en los precios agropecuarios y la incertidumbre en el mercado financiero representan un gran desafío para los productores, quienes deben buscar nuevas formas de mantener la rentabilidad y sostenibilidad de sus operaciones. Durante el simposio, los expertos coincidieron en que es vital que los productores se preparen para enfrentar este nuevo escenario, implementando mejoras en la eficiencia, diversificando cultivos y adoptando una visión empresarial que les permita tomar decisiones informadas y estratégicas. Además, la colaboración con entidades financieras y el uso de nuevas tecnologías podrían ser herramientas clave para enfrentar los desafíos actuales y futuros que presenta el sector agropecuario en Bolivia y la región.