Tras una reunión con representantes del sector carnicero, el Gobierno de Bolivia confirmó que la suspensión de la otorgación de certificados para la exportación de carne de res continuará de manera indefinida, hasta que se logre una reducción significativa en el precio del producto en el mercado interno. La medida fue anunciada por el viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, quien explicó que la decisión fue tomada para garantizar tanto el abastecimiento de carne de calidad como un precio justo para los consumidores bolivianos.
Silva detalló que la Confederación de Trabajadores en Carne de Bolivia (Contracabol) fue informada de la decisión, la cual tendrá efectos inmediatos. «Hemos hecho conocer a Contracabol que la suspensión de la otorgación de certificados de exportación es indefinida hasta que el sector ganadero no garantice el abastecimiento de carne de calidad y a un precio justo», señaló el viceministro. Esta medida responde a las crecientes preocupaciones de los consumidores bolivianos sobre los altos costos de la carne, que se han disparado en los últimos meses.
Demandas del Sector Carnicero y sus Consecuencias Económicas
La Confederación de Trabajadores en Carne de Bolivia había solicitado al Gobierno, desde el año pasado, la suspensión de las exportaciones de carne durante un periodo de hasta dos años con el objetivo de frenar el aumento de los precios en el mercado local. Según el sector, la salida de grandes cantidades de carne al exterior estaba contribuyendo a la escasez en el mercado interno, lo que a su vez impulsaba los precios. Sin embargo, a pesar de la medida adoptada por el Gobierno, el precio de la carne no ha registrado una disminución significativa, lo que ha generado tensiones en ambos sectores.
El sector ganadero, por su parte, ha advertido que las pérdidas económicas podrían ser millonarias si se continúa con la restricción a las exportaciones. La carne de res es un producto clave para la economía de muchos productores pequeños y medianos, quienes dependen de los ingresos generados por las ventas al exterior. Según los datos proporcionados por medios estatales, el precio de venta del ganado en pie alcanzó los 21 bolivianos por kilogramo vivo hasta el mes de febrero de 2025, un notable aumento respecto a los 12 bolivianos por kilogramo que se registraban en el mismo mes de 2024.
Impacto en la Economía y la Inseguridad en el Mercado Ganadero
El aumento de los precios y la falta de una solución efectiva a la problemática ha generado incertidumbre en la economía ganadera. Los productores locales, en su mayoría pequeños y medianos ganaderos, se enfrentan a una situación difícil en la que, por un lado, se ven obligados a lidiar con precios más altos para el consumidor interno, y por otro lado, enfrentan una caída en sus ingresos por la imposibilidad de exportar sus productos. Sin exportaciones, los ganaderos se ven limitados a un mercado interno que no refleja la demanda ni los precios que podrían obtener en los mercados internacionales.
Esta situación ha generado un malestar creciente en el sector productivo, que teme que la falta de una solución integral para la cadena de suministro de carne afecte la estabilidad de la producción a largo plazo. Si bien el Gobierno sostiene que la medida es necesaria para frenar los altos costos de la carne, los ganaderos insisten en que el control de las exportaciones es una solución a corto plazo que podría generar efectos adversos a largo plazo, como una menor competitividad del sector y una posible crisis económica en las regiones rurales dependientes de la ganadería.
¿Qué Sigue para el Sector Ganadero?
Con la suspensión de las exportaciones de carne de res de forma indefinida, el futuro del sector ganadero en Bolivia permanece incierto. Mientras tanto, la situación sigue evolucionando, y tanto los consumidores como los productores se ven afectados por los altibajos del mercado. La pregunta ahora es qué medidas tomará el Gobierno para equilibrar las necesidades de los consumidores con las exigencias del sector ganadero, sin que esto se traduzca en una mayor inestabilidad económica.
Los analistas advierten que, de no encontrarse una solución que permita tanto el abastecimiento interno como el mantenimiento de las exportaciones, Bolivia podría enfrentar una crisis en el sector ganadero, lo que afectaría la producción, los precios y, eventualmente, el empleo en muchas regiones del país.