Especialistas que integran el foro internacional TAFS expusieron en la Agropecruz sobre un cambio de paradigma para la equivalencia comercial de los estatus de las áreas libres de aftosa sin importar la vacunación. “La aftosa es una enfermedad política” y “en la vacunación descansa el futuro de la producción”, apuntaron.
La ganadería del Mercosur engloba 270 millones de bovinos, una faena anual de 60 millones de cabezas y una exportación de más de 4 millones de toneladas de carne vacuna, lo que representa el 36% del total vendido en el mundo, y emplea a 5,5 millones de personas.
Un brote regional de fiebre aftosa que implique el cierre total de los mercados podría significar pérdidas por más de 15 mil millones de dólares.
Mantener la vacunación contra la fiebre aftosa y lograr un cambio de paradigma en los socios comerciales actuales y los potenciales en aceptar el estatus de área libre de aftosa con vacunación en equivalencia al de área libre de aftosa sin vacunación, fueron los puntos más resaltantes del simposio sanitario.
“Las metodologías están internacionalmente reconocidas y validadas, y respaldan claramente las exigencias de un área libre de aftosa sin vacunación. Se considera libre y tenemos la tecnología para demostrar que son libres y desmitificar lo que se ha creído por más de dos décadas. Hoy no hay dudas que estas demostraciones deben ser consideradas por las regulaciones internacionales”, subrayó la Dra. Ingrid Berhmann, integrante del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.
Remarcó que hay garantías suficientes, con respaldo científico y técnico, que se han analizado durante muchos años, para que las instituciones que rigen el comercio mundial, sus socios y los referentes globales puedan justificar un cambio de paradigma en la visión y el control de la fiebre aftosa.
Y agregó: “Está demostrado que la vacunación reduce la infección y la previene, lo que derriba el mito de los años 80 y 90 que los focos de aftosa se desprendían de la vacuna. Hoy, para la elaboración de la vacuna, se utilizan virus producidos en cultivos celulares con inactivantes completos, bajo condiciones estrictas de bioseguridad y con formulación oleosa, que deja atrás a las viejas vacunas acuosas y que no tenían inactivación completa”.
Eliminar la vacuna contra la fiebre aftosa para un cambio en el estatus sanitario, de libre con vacunación a libre sin vacunación, es una discusión país; mientras tanto desde el sector privado se trabaja en alcanzar la equivalencia de los estatus libres, sin importar la vacunación.
Por su parte, el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz de la Sierra (Fegasacruz), Adrián Castedo, dijo a que “la voluntad del productor ganadero es continuar vacunando, porque es una forma muy económica de cuidar el patrimonio país, proteger nuestros alimentos, mejorar los excedentes de exportación y abrir más mercados, como lo están haciendo Uruguay, Paraguay y Argentina, que son países de similares características al nuestro”.
Además, consideró que “no vacunar significa multiplicar por tres la vigilancia”, lo que redundaría en mayores costos para el productor.
Otro de los disertantes, el Dr. Jorge Bonino Morlan, una importante figura en temas sanitarios de Uruguay y la región, dijo que más de ⅔ del mundo tiene área con aftosa o libre de aftosa con vacunación y es necesario instalar la propuesta de equivalencia para que desaparezca la circulación en el plantea, lo mismo que ha sucedido con la fiebre porcina.
Bonino confirmó que el mundo necesita proteínas y en el Mercosur están todas, y se debe defender la posición de que un área libre es libre, sin importar si vacuna o no. “El rifle sanitario mata a los animales enfermos y los que no están enfermos, y cuando vemos la verdadera hambre en el mundo, que no es la que conocemos, no podemos permitir estas cosas”, resaltó.
“Hay que cambiar el paradigma, ser libre de aftosa con o sin vacunación tiene el mismo valor sanitario. Es necesario eliminar esa percepción, que todavía existe, a nivel de la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización Mundial de Comercio”, apuntó.
Consideró que países como Uruguay, sin dejar de vacunar, han logrado ingresar a mercados exigentes en sanidad. Por tanto, reafirmó: “La aftosa es una barrera política con incidencia en la economía, y no tanto una preocupación sanitaria”.
Y cerró: “Los países que vacunamos tenemos la seguridad que vamos a seguir manteniendo, como es el caso de Uruguay, los 130 mercados habilitados para la exportación de carne”.