Hasta el 31 de diciembre, Santa Cruz será el escenario de la esperada “Feria de Comercialización”, una iniciativa que busca conectar directamente a los productores con los consumidores. Este evento, que se llevará a cabo en diferentes puntos de la ciudad, promete llevar abarrotes, verduras, hortalizas y productos esenciales de los Valles cruceños directamente a las manos de los vecinos, bajo el lema “del productor al consumidor”.

José Carrasco, presidente de la Asociación de Productores de los Valles cruceños, detalló que la feria será una oportunidad única para adquirir productos frescos y de alta calidad a precios justos. “Nuestra intención es ofrecer alimentos esenciales a peso y precio justo, eliminando los intermediarios para que tanto los consumidores como los productores salgan beneficiados”, afirmó Carrasco. Además, destacó que se incluirán otros sectores productivos, como los del Norte Integrado y la Chiquitanía, para diversificar aún más la oferta.

Un evento con impacto social y económico

Esta feria no solo tiene como objetivo dinamizar la economía local, sino también aliviar la carga económica de las familias cruceñas en un contexto de costos elevados. Carrasco subrayó la importancia de este tipo de iniciativas en fechas clave como la temporada navideña, cuando la demanda de productos esenciales se incrementa significativamente. “Queremos que los hogares de Santa Cruz encuentren en esta feria una opción accesible para abastecerse durante las fiestas, sin comprometer su presupuesto”, expresó.

En cada jornada de la feria, los asistentes podrán encontrar productos de la canasta familiar como arroz, azúcar, harina, frutas y verduras frescas, directamente de los campos de producción. Además, se prevé la instalación de puntos estratégicos en mercados y zonas urbanas para garantizar que la feria sea accesible a la mayor cantidad de ciudadanos posible.

Más allá de los alimentos: un compromiso con la sostenibilidad

La “Feria de Comercialización” también se posiciona como un espacio para fomentar la sostenibilidad y fortalecer las relaciones entre el campo y la ciudad. Según Carrasco, la eliminación de intermediarios no solo beneficia económicamente a ambas partes, sino que también refuerza la confianza en la calidad y procedencia de los productos. “Los consumidores tendrán la garantía de estar adquiriendo productos frescos y directamente del productor, lo que también fortalece nuestra cultura agrícola y nuestros lazos comunitarios”, destacó.

Con estas características, el evento promete consolidarse como una tradición anual que no solo responde a las necesidades inmediatas de la población, sino que también abre la puerta a un modelo comercial más equitativo y sostenible.