La exportación de soya y sus derivados ha sufrido una dramática disminución en el primer semestre de 2024, con una caída del 70,3% en valor en comparación con el mismo período del año anterior, según el informe de comercio exterior del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En cuanto a las semillas y habas de soya, los envíos al exterior se desplomaron de $us 148,5 millones en el primer semestre de 2023 a solo $us 44,1 millones en el mismo período de 2024, marcando una reducción alarmante del 70,3%.
Los productos derivados de la soya también experimentaron una caída significativa, pasando de $us 738,7 millones en 2023 a $us 503,7 millones en 2024, según datos del INE.
Este informe llega en un contexto en el que el sector agrícola enfrenta pérdidas desde la campaña de verano pasada debido a la sequía, agravadas por problemas en el suministro de diésel. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) reporta que la sequía en Bolivia ha causado la pérdida de más de 800.000 toneladas de soya durante la campaña 2023-2024.
Actualmente, la siembra de soya en el norte del país se ha visto interrumpida por la escasez de diésel, lo que podría tener graves consecuencias en el futuro, ya que no habrá excedentes suficientes para exportar aceite, harina y otros derivados de la soya, lo que significa una reducción significativa en la entrada de divisas para el país.
Jorge Amantegui, presidente de la Cámara de Industrias Oleaginosas de Bolivia (Caniob), advirtió que la caída en la producción de soya implica una menor disponibilidad de materia prima para producir subproductos, complicando aún más las exportaciones y afectando tanto al sector como al Estado, que dejará de percibir importantes ingresos. Desde la Caniob, estiman que el sector perderá al menos $us 600 millones debido a la disminución de excedentes exportables en 2024, como resultado de la sequía.
Además, el sector agropecuario enfrenta otros desafíos, como el aumento de los costos de insumos y la falta de seguridad jurídica, evidenciada por la creciente invasión de tierras productivas, según los productores.