La escasez de dólares en el Banco Central argentino ha desencadenado una crisis en la cadena de suministro de bananas, amenazando con desencadenar un problema de sumas significativas: 21 millones de dólares. La falta de autorización para pagos al exterior está afectando directamente a los productores de Paraguay y Bolivia, quienes exigen el pago por las exportaciones realizadas a Argentina, sumando un total de 21 millones de dólares.
El presidente de la Unión de Bananeros, Daniel Ramos “La exportación representa alrededor de 60 millones de dólares para el país, por ello están preocupados por lo que sucede en el vecino país”
La congelación de los pagos al exterior ha dejado a los importadores argentinos imposibilitados de cumplir con las obligaciones financieras con los productores de Paraguay, con una suma de 9 millones de dólares, y Bolivia, con 12 millones de dólares. En respuesta, productores de ambos países han llevado a cabo protestas frente a las embajadas argentinas, expresando su preocupación por la falta de pagos y el impacto directo en sus operaciones.
Ecuador, el principal proveedor de bananas, también ha sentido el efecto de la ralentización de los pagos por parte de Argentina. La situación se agrava al sumar otro eslabón a la cadena de desafíos económicos que enfrenta Argentina en los últimos tiempos.
Este incidente se une a una serie de problemas que ha enfrentado la economía argentina en diversas industrias, desde la producción de repuestos hasta la atención médica, pasando por la importación de combustibles. La falta de dólares para realizar pagos al exterior está generando un efecto dominó que afecta a múltiples sectores, y la provisión de bananas, un alimento básico para muchos, se encuentra ahora en riesgo.
La incertidumbre en torno a la resolución de este problema no solo preocupa a los productores y exportadores de bananas, sino que también plantea la posibilidad de un aumento en los precios del producto en el mercado interno. La situación destaca la vulnerabilidad de la cadena de suministro en un contexto de restricciones económicas y la necesidad de encontrar soluciones para garantizar el flujo continuo de bienes esenciales.