Una vez que el Gobierno reveló una significativa caída en las exportaciones de soya y sus derivados hasta el mes de agosto de este año, con una reducción del 63,9% y 33,3% en términos de valor, respectivamente, desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) advirtieron que esta baja se debe principalmente a una menor producción y la caída en las cotizaciones del mercado internacional. Estos factores han afectado considerablemente la capacidad exportadora del sector.

“Era una situación que se veía venir. Desde el sector productivo ya habíamos anticipado que las exportaciones iban a disminuir tanto en cantidad como en valor, debido a la baja producción y a los precios desfavorables en los mercados internacionales”, señaló Jaime Hernández, gerente general de Anapo, subrayando que la situación estaba dentro de las previsiones del gremio agrícola.

El informe refleja que la caída de los precios internacionales ha impactado directamente en el valor de las exportaciones, mientras que las pérdidas en la producción, especialmente con la reducción de 800.000 toneladas de soya en la presente campaña, han agravado el panorama. Esta disminución en el volumen productivo ha sido un factor crucial para la baja en las exportaciones, lo que ha generado preocupación en el sector.

Un reporte reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE) destaca que, entre enero y agosto de este año, las exportaciones de semillas y habas de soya alcanzaron $us 66,6 millones, una cifra significativamente inferior a los $us 184,5 millones registrados en el mismo periodo del año anterior. Asimismo, los productos derivados de la soya experimentaron una caída, pasando de $us 1.076,1 millones en 2023 a $us 717,4 millones en el mismo periodo de este año, lo que refleja el impacto negativo en el sector agroindustrial.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), entre enero y agosto de este año se dejaron de exportar al menos 656.000 toneladas de derivados de soya, lo que equivale a una pérdida de $us 477 millones en ingresos. Estas cifras evidencian el severo impacto que ha tenido la sequía y las fluctuaciones del mercado en la capacidad de exportación del sector oleaginoso boliviano.

“Es probable que los informes de los meses de septiembre y octubre muestren una caída aún mayor en las exportaciones, ya que en esos meses se reflejarán en su totalidad las pérdidas productivas provocadas por la sequía”, estimó Hernández. El ejecutivo de Anapo prevé que, si la tendencia continúa, las exportaciones de soya y sus derivados podrían sufrir una reducción acumulada superior a los $us 600 millones hacia fin de año.