Los productores avícolas de Santa Cruz han expresado su preocupación ante las declaraciones del Gobierno que insisten en la necesidad de reducir el precio de la carne de pollo. Según los avicultores, esta exigencia es inviable debido al incremento en los costos de producción, que en algunos casos han superado el 50%, y a un aumento significativo en la demanda per cápita, una consecuencia directa de la crisis económica que atraviesa Bolivia.
Omar Castro, presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), explicó durante una entrevista con el programa La Hora Pico de eju.tv que los avicultores no tienen control sobre el precio final del producto, ya que este depende de las dinámicas de oferta y demanda en el mercado. “Pretender que el pollo baje de precio no va a ser posible, no porque nosotros le pongamos precio, sino porque somos tomadores de precios. Además, el consumo nacional per cápita, que ronda los 42 kilos por persona, determina nuestro límite de producción”, señaló. Castro añadió que la carne de pollo se ha convertido en una alternativa más accesible frente al cerdo y la carne de res, especialmente en un contexto donde el poder adquisitivo de las familias ha disminuido drásticamente. “Con 100 bolivianos, la gente ya no compra lo mismo que hace cinco o seis meses, por lo que es entendible que recurran al pollo como opción más económica”, afirmó.
En medio de este panorama, el Gobierno anunció la construcción de un complejo industrial avícola en el departamento de La Paz, con una inversión superior a los 350 millones de bolivianos. Este proyecto, diseñado para abastecer los mercados de La Paz, El Alto, Oruro y Potosí, competirá directamente con las empresas privadas ofreciendo precios que, según las autoridades, serán más accesibles para la población. Sin embargo, Castro alertó sobre el impacto que esta iniciativa podría tener en los pequeños productores, quienes difícilmente podrán competir con una industria estatal.
El dirigente también explicó que actualmente existe una sobredemanda de carne de pollo debido a la crisis económica, y estimó que el consumo per cápita podría incrementarse hasta los 45 kilos anuales. Además, subrayó que el alza de costos en insumos clave, como el maíz, agrava la situación. “El precio del maíz pasó de 65 bolivianos a 125 bolivianos por quintal. Esto, sumado al aumento en los costos de vitaminas, minerales y alimentos para la producción, hace que sea imposible reducir el precio del pollo”, afirmó.
Esta situación pone en evidencia los desafíos que enfrenta el sector avícola en Bolivia, entre ellos el manejo de costos de producción, la competencia con la industria estatal y la creciente demanda por parte de una población que busca alternativas económicas frente a la inflación. Los avicultores insisten en la necesidad de medidas que equilibren el mercado sin poner en riesgo la sostenibilidad de los pequeños productores.