Durante esta semana, Santa Cruz experimentará un notable incremento en las temperaturas máximas debido a fuertes corrientes de viento del norte. Este fenómeno, que afectará a distintas regiones del departamento, llevará los termómetros a registrar hasta 35 °C en Andrés Ibáñez y Norte Integrado, 31 °C en los Valles Cruceños, 37 °C en la Cordillera y 38 °C en la Chiquitania. Según los reportes meteorológicos, el jueves 19 los vientos cambiarán ocasionalmente hacia el sur y estarán acompañados de lluvias, lo que podría moderar levemente las condiciones ambientales. (Dir. Señor del Clima,Luis Alberto Alpire)
En Andrés Ibáñez y el Norte Integrado, las temperaturas oscilarán entre 22 y 35 °C, con vientos que alcanzarán velocidades superiores a los 60 km/h, especialmente el miércoles y jueves. Se esperan cielos parcialmente nublados y la posibilidad de lluvias en ciertos sectores, lo que brindará un alivio temporal frente al intenso calor.
En los Valles Cruceños, las temperaturas serán más moderadas, con mínimas de 12 °C y máximas de 31 °C. Sin embargo, se anticipan ráfagas de viento del norte que podrían superar los 50 km/h durante el miércoles, acompañadas de cielos nublados y precipitaciones dispersas a lo largo de la semana.
La Cordillera, por su parte, vivirá temperaturas más extremas, con valores que fluctuarán entre 17 y 37 °C. Las localidades de Charagua y Cabezas se verán particularmente afectadas por vientos del norte que podrían superar los 80 km/h el jueves, día en el que también se prevé el inicio de lluvias.
La región de la Chiquitania alcanzará las temperaturas más altas, con registros entre 21 y 38 °C. Las ráfagas de viento del norte, de hasta 60 km/h, serán especialmente intensas en las provincias de Chiquitos y Ñuflo de Chávez, donde se espera una combinación de cielos parcialmente nublados y lluvias durante la semana.
El aumento de las temperaturas, combinado con los cambios en las corrientes de viento y las lluvias previstas, subraya la importancia de monitorear estas condiciones climáticas para mitigar posibles impactos en las actividades agrícolas y ganaderas, fundamentales en la región. Asimismo, se proyecta una disminución en la oferta de alimentos para 2025, un tema que podría acentuarse si no se toman medidas adecuadas frente a los desafíos climáticos.