La incertidumbre económica para el año 2024 es un tema recurrente entre expertos del área, quienes expresan su preocupación por las perspectivas de generación de divisas en comparación con el año anterior. A pesar de este panorama, las necesidades del sector público siguen siendo una prioridad, especialmente en lo que respecta a la alimentación de este sector vital para la economía.
José Gabriel Espinoza, reconocido economista, advierte sobre “un cambio significativo en el ciclo de tipo de cambio y la disponibilidad de divisas”. Los fundamentos que solían respaldar un tipo de cambio fijo ya no son los mismos, y la posibilidad de su retorno está condicionada a la implementación de reformas adecuadas. Sin embargo, en el contexto actual, las condiciones políticas y sociales no son propicias para tales reformas.
“Es muy probable que durante los próximos meses y años, estemos enfrentando escenarios de alta volatilidad en los mercados cambiarios, con diferentes tasas de cambio y posiblemente regulaciones cambiantes”, señala Espinoza.
En cuanto al mercado de divisas en Bolivia, Espinoza destaca la transformación reciente que ha experimentado. Anteriormente, existía un tipo de cambio único y libertad cambiaria, pero en la actualidad, esta situación ha cambiado drásticamente. Ahora, se observan tres mercados distintos, cada uno con su propia cotización, lo que complica la situación para importadores y exportadores que operan a través del sistema financiero.
Además, la intervención del Banco Central en el mercado público de divisas ha disminuido, lo que dificulta aún más obtener una cotización oficial y genera disparidades en costos y oportunidades para los diferentes sectores económicos.
Espinoza también señala la aparición de restricciones adicionales, como limitaciones en el uso de tarjetas y el aumento de comisiones en transacciones internacionales, lo que complica aún más el panorama cambiario y representa un desafío adicional para las empresas.
Ante este panorama desafiante, Espinoza enfatiza la necesidad de implementar reformas estructurales que restauren la estabilidad en el tipo de cambio y permitan un retorno a un escenario más predecible en términos de precios.
Finalmente, el economista advierte sobre los riesgos asociados a intentar mantener un tipo de cambio desactualizado, lo que ha llevado a la aparición de múltiples tipos de cambio paralelos. Esta situación crea oportunidades para algunos sectores, pero también presenta desafíos significativos para otros, complicando aún más el entorno empresarial y económico.