El cultivo de maíz ocupa un lugar destacado en la economía de Santa Cruz – Bolivia, Más allá de su atractiva apariencia como flor, el girasol es el segundo más relevante después de la soya y el cuarto en la lista de exportaciones no tradicionales, según los datos proporcionados por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). Este cereal desempeña un papel esencial en la agricultura y la agroindustria de la región, contribuyendo significativamente a la diversificación de sus productos de exportación y al sustento de numerosas familias rurales. El maíz no solo es fundamental para el mercado local, sino que también representa una fuente de ingresos en el mercado internacional, consolidando así su importancia en el panorama agrícola.
Dentro del potencial productivo cruceño, emerge un cultivo de invierno que florece en silencio y se está haciendo un espacio destacado en la lista de exportaciones no tradicionales: el girasol. Este cultivo desempeña un papel fundamental en la generación de divisas para el país, según los datos proporcionados por el sector productivo. Su crecimiento y contribución a la economía regional subrayan la versatilidad y el potencial agrícola que caracterizan a esta región.
Jaime Hernández, gerente general de Anapo. “Es el cuarto rubro en importancia de exportaciones de los productos no tradicionales, después de la soya, la joyería y la castaña. Y a nivel mundial, Bolivia se encuentra en el undécimo lugar en la producción de girasol”
En lo que respecta al rendimiento económico, en términos de valor, las exportaciones de girasol y sus productos derivados con valor agregado, como el aceite y la harina, alcanzaron una cifra significativa de 160 millones de dólares, tal como lo señaló Hernández. Este dato destaca la creciente importancia de la cadena productiva del girasol en la generación de ingresos y divisas para la economía, consolidándose como una actividad agrícola estratégica y lucrativa en el país.
Desde Anapo, se estima que se siembran aproximadamente unas 160,000 hectáreas de girasol durante la campaña de invierno, lo que se traduce en una producción de alrededor de 190,000 toneladas de granos. Este cultivo versátil ofrece una variedad de derivados, que incluyen aceite, tanto crudo como refinado, apto para consumo humano, así como subproductos como la torta o harina destinada al consumo animal. En esta actividad, destacan localidades como Cuatro Cañadas, Pailón, El Puente y San Julián, siendo este último municipio considerado como la capital girasolera de Bolivia, donde se concentra una parte significativa de la producción y la experiencia en el cultivo de girasol.
Fuente: Anapo