La producción lechera en Bolivia vive una de sus peores crisis. En el departamento de Santa Cruz, al menos 110 unidades productivas han cerrado en los últimos tres años, según informó Eduardo Cirbián, presidente de la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple). La combinación de precios regulados, el alza de los insumos y políticas que, según los productores, los obligan a operar con pérdidas, ha puesto en jaque al sector.
Cirbián alertó que solo en lo que va del año, diez productores han dejado de entregar leche a la industria. La caída en la producción es contundente: de 360.000 litros diarios que se entregaban años atrás, hoy apenas se alcanza a 242.000 litros, lo que representa una merma superior al 30%.
Uno de los principales factores de la crisis es el precio regulado que reciben los productores, fijado en Bs 4,45 por litro más un bono por calidad. Sin embargo, los costos de producción rondan los Bs 5,16, según datos oficiales, aunque los productores sostienen que esa cifra es incluso más baja que la realidad.
El encarecimiento de insumos importados, como productos veterinarios y forraje —que representa más del 50% del costo de producción— ha profundizado las pérdidas. A esto se suma el precio del maíz, que actualmente oscila entre Bs 115 y Bs 120 el quintal, otro insumo clave para la producción lechera.
La escasez ya se refleja en los mercados. Aunque el precio regulado para el consumidor es de Bs 6,80 por litro, en tiendas y barrios de Santa Cruz se comercializa hasta en Bs 9, según constató EL DEBER. Cirbián señaló que esta situación se debe a la falta de control estatal y a la especulación por parte de intermediarios. “El productor está subvencionando la leche para el pueblo, no puede ser que otros se beneficien con la diferencia”, reclamó.
Además, la reducción en la producción ha impactado en las exportaciones. Mientras antes se destinaba el 29% de la producción nacional a leche en polvo para exportación, hoy apenas se alcanza el 10%. “Lo poco que estamos produciendo se va a países vecinos”, advirtió Cirbián.
El dirigente también criticó la gestión del fondo Proleche, creado para incentivar el consumo interno y abaratar insumos. Según indicó, proyectos como el de producción de forraje para Santa Cruz y Cochabamba quedaron truncos, mientras los recursos se redirigieron a sectores que no contribuyen con litros de leche.
En medio del alza, algunos comerciantes reportan que la industria ha comenzado a racionar el producto. “Antes me daban lo que yo pedía, ahora solo me dieron cinco bolsas”, relató una vendedora de barrio. Pese al incremento en los precios, el Gobierno aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la situación.
No obstante, el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, declaró días atrás que no se justifica el aumento y anunció mayores controles para asegurar que el litro de leche no sobrepase los Bs 6,80. Desde Fedeple, en cambio, insisten en una reestructuración profunda de la política lechera nacional y la eliminación de los topes de precios para asegurar la sostenibilidad del sector.