La Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ) cierra el 2024 con un balance agridulce: un crecimiento sectorial del 3.9% que refleja la capacidad del gremio para abastecer el mercado interno y exportar, pero acompañado de preocupaciones sobre políticas que podrían frenar su desarrollo. Walter Ruiz, presidente de FEGASACRUZ, destacó la resiliencia del sector, aunque advirtió que se necesitan medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad y competitividad de la ganadería boliviana.
Entre las propuestas clave impulsadas por la organización se encuentra la solicitud de una pausa en la Función Económica Social (FES) por un periodo de siete años, una medida que busca fortalecer la seguridad jurídica para los productores. Según Ruiz, la normativa vigente no solo desincentiva nuevas inversiones, sino que también pone en riesgo el crecimiento proyectado del sector. “El objetivo es permitir que los ganaderos puedan concentrarse en el desarrollo productivo sin la constante incertidumbre que genera el marco normativo actual”, señaló.
Seguridad jurídica y reformas estructurales
La demanda de una pausa en la FES es solo una de las múltiples iniciativas propuestas por FEGASACRUZ para transformar el sector. En 2025, la federación planea promover una serie de reformas que incluyen mayores penas por abigeato y la facilitación de procesos para la conversión de pequeñas propiedades en medianas, lo que incentivaría la eficiencia y la escala productiva.
Otro tema clave en la agenda es la individualización de tierras. Según Ruiz, esta medida permitiría transferir y heredar terrenos de manera más eficiente, incentivando a las nuevas generaciones a seguir trabajando en el sector ganadero. “Es un tema que sin duda entrará en debate el próximo año y que será crucial para los candidatos en sus plataformas políticas”, añadió.
Expansión de mercados internacionales
En paralelo a estas reformas internas, el sector ganadero trabaja en la apertura de nuevos mercados internacionales. Recientemente, una delegación egipcia inspeccionó frigoríficos bolivianos en coordinación con el SENASAG, un paso significativo hacia la exportación de carne a Egipto. Aunque el informe oficial de la inspección aún no se ha recibido, Ruiz subrayó la importancia de ampliar los destinos de exportación.
“La apertura de nuevos mercados no solo nos brinda mejores precios, sino también mayores oportunidades para reinvertir en la modernización y expansión del sector cárnico”, explicó. Actualmente, los ganaderos esperan que en 2025 se incrementen los cupos de exportación, lo que no solo impulsará el ingreso de divisas al país, sino que también consolidará a Bolivia como un proveedor confiable en el mercado internacional de carne.
Perspectivas y retos para 2025
De cara al futuro, FEGASACRUZ mantiene su compromiso de garantizar el abastecimiento interno de carne mientras explora nuevas oportunidades de exportación. Sin embargo, Ruiz insiste en que el éxito del sector dependerá de la implementación de políticas públicas que promuevan la confianza y la inversión.
“El futuro de la ganadería boliviana está directamente ligado a la colaboración entre el sector público y privado. Necesitamos reglas claras, incentivos y una visión conjunta que nos permita consolidar a Bolivia como un actor clave en el mercado internacional de carne”, concluyó.
Con estas iniciativas, el sector ganadero busca no solo superar los desafíos actuales, sino también sentar las bases para un crecimiento sostenido y sostenible en los próximos años.