La clave está en el equilibrio, ningún extremo es bueno. ¿Por qué hablamos de esto? porque el uso indebido y excesivo de antimicrobianos para tratar a humanos, animales y plantas nos ha conducido a lo que se conoce hoy como una “pandemia silenciosa” que está catalogada entre las 10 principales amenazas mundiales para la salud de la humanidad.
La resistencia antimicrobiana (RAM) es, por definición, la capacidad intrínseca o adquirida que tienen distintos microorganismos como bacterias, virus, parásitos y hongos de escapar a la acción de los antimicrobianos. Esto tiene consecuencias peligrosas porque las enfermedades se hacen más difíciles de tratar, no solo por cuestiones económicas, dado que los tratamientos se vuelven más caros, sino porque éstos se vuelven más prolongados y no siempre logran el resultado esperado.
Terminé la facultad hace 20 años y ya en ese entonces se empezaba a hablar de la resistencia a los antimicrobianos y se tomaban las primeras medidas, pero hoy estamos en una pendiente acelerada. Si bien actualmente es un tema en boca de todos por lo que refiere a la RAM en humanos, se estima que para el año 2050 la RAM podría generar 10 millones de muertes anuales, también es necesario contemplar su impacto en la salud animal y como esto afecta al todo.
Desde un punto de vista veterinario, los antibióticos son esenciales para controlar y tratar las enfermedades que pueden afectar la salud animal, entre las cuales se encuentran las zoonosis (enfermedades que se transmiten de animales a humanos) así como también son fundamentales para la obtención de alimentos seguros. La mejor forma de reducir esta resistencia en los animales es implementar estrategias sanitarias diseñadas por profesionales veterinarios, que prioricen la vigilancia, el diagnóstico temprano y preciso, y, sobre todo, la prevención mediante el uso de vacunas de alta calidad y eficacia.
En Biogénesis Bagó contamos con un equipo de servicio técnico extenso y calificado que busca prevenir que los animales se contagien de alguna patología, promoviendo buenas prácticas y con especial atención al cuidado de las medidas de bioseguridad, fomentando diagnósticos eficientes que permitan dar con la medicación adecuada. Este trabajo de concientización también está orientado a desalentar que se tomen decisiones sanitarias sin el asesoramiento de un médico veterinario porque la medicación sin supervisión de un profesional es un atajo que puede volver más fuertes a los patógenos.
La RAM es un fenómeno que no entiende de ámbitos ni fronteras y requiere un abordaje desde el enfoque de “Una Sola Salud” porque es imposible pensar la salud de manera disociada entre los seres vivos: compartimos tierra, agua, recursos y patógenos también. De hecho, alrededor del 60% de los patógenos que causan enfermedades en humanos provienen de animales, esto quiere decir que, si cuidamos la salud de los animales y del ambiente, estamos también protegiendo la nuestra como seres humanos.
Cada uno de nosotros tiene un rol esencial en la desaceleración y freno de los procesos que incrementan la RAM y contar con planes sanitarios de prevención es una herramienta clave para lograrlo. Si no se diagnostica ni previene y simplemente se médica, puede ocurrir una administración excesiva e incorrecta de productos, o la infrautilización de estos. Dos extremos, ninguno es bueno y los riesgos que se corren son muy altos.