Jorge Méndez, presidente de la Asociación Departamental de Porcicultores de Santa Cruz (ADEPOR), expresó una profunda preocupación por la crisis que afecta al sector agropecuario en Bolivia, una actividad que calificó como el “último baluarte de la economía” del país tras años de dependencia del gas. En una reciente conferencia de prensa, Méndez explicó que los problemas de acceso a diésel están poniendo en peligro la operatividad del campo boliviano, impactando gravemente en la producción de granos como soya, maíz y sorgo, los cuales son insumos esenciales en la cadena alimentaria de carnes, leche, y huevos. “Sin diésel no se mueve nada en el campo, necesitamos este combustible para operar tractores y producir granos esenciales”, recalcó, subrayando que la crisis de combustible pone en riesgo la autosuficiencia alimentaria del país. Según el líder de ADEPOR, la situación se torna aún más compleja considerando la falta de acciones concretas por parte del gobierno para garantizar la entrega de aproximadamente 79 millones de litros de diésel, lo cual representa una inversión de 90 millones de dólares, fondos que hasta el momento no han sido asegurados por las autoridades.
Méndez también destacó el impacto de los bloqueos de carreteras, una medida de protesta que ha llegado a su decimosexto día, agravando la situación al interrumpir las rutas de distribución de productos. “Esto está destruyendo nuestros canales de distribución. El pueblo boliviano es el más perjudicado, enfrentando precios más altos y escasez de alimentos”, señaló. El dirigente explicó que estos bloqueos no solo afectan el transporte de mercancías esenciales para el mercado interno, sino que generan un daño económico significativo, con pérdidas estimadas en un millón de dólares diarios, según la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). Esta situación, afirmó, está comenzando a tener efectos de encarecimiento en los productos de primera necesidad, provocando inflación en el mercado de alimentos y aumentando la presión económica sobre la población.
Méndez también se refirió a otro problema que intensifica la crisis: la escasez de dólares, una problemática que está afectando tanto a productores como a toda la cadena de suministro en Bolivia. Según el presidente de ADEPOR, la falta de moneda estadounidense está encareciendo los costos de producción y limitando la capacidad de importación de insumos necesarios para la producción agrícola y pecuaria. “La juventud y los estudiantes universitarios deben entender que, si el sector agropecuario quiebra, sus oportunidades de formación y desarrollo también estarán en riesgo”, comentó, visiblemente preocupado por el impacto social que podría derivarse de la crisis agropecuaria. Asimismo, criticó la falta de respuestas por parte de entidades como las juntas vecinales, el Gobierno municipal y la Gobernación, cuyo silencio ante la emergencia, enfatizó, está afectando las esperanzas de solución para el sector.
Ante este complejo panorama, Méndez llamó a la población cruceña a buscar soluciones creativas y urgentes, insistiendo en que no se puede normalizar la imagen de largas filas en los surtidores, una escena que se ha vuelto común en las últimas semanas debido a la crisis de diésel. “Esta situación es crítica y requiere de una acción inmediata”, enfatizó. La postura del dirigente de ADEPOR refleja un sentimiento de urgencia y la necesidad de que tanto las autoridades como la sociedad actúen para salvaguardar al sector agropecuario, clave en la economía boliviana y en la seguridad alimentaria del país.
