La ciudad de Gualeguaychú, en la provincia argentina de Entre Ríos, fue el escenario del simposio “La Producción de Alimentos, Bioenergías y el Cambio Climático”, organizado por la Federación de Sociedades Rurales del Mercosur (FARM). Este evento tuvo como objetivo principal analizar el papel crucial del sector agrícola en la producción de alimentos y bioenergías, así como su relación con el cambio climático y los desafíos de sostenibilidad que enfrenta el Mercosur. Con una agenda de dos días, el simposio reunió a destacadas autoridades y representantes del sector agropecuario de la región.
Entre los asistentes destacó José Luis Farah, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y de la Confederación Agropecuaria Nacional (CONFEAGRO) de Bolivia. Farah participó en varias sesiones del evento, incluyendo “El agro y su aporte a la acción climática. Potenciales y desafíos” y “¿Cómo enfrentar los desafíos de un potencial proteccionismo ambiental?” en la primera jornada. El segundo día del simposio se centró en “Los productores y las buenas prácticas agrícolas ganaderas”, explorando temas como el pago de servicios ecosistémicos y el mercado de carbono como posibles soluciones a los desafíos actuales, y culminó con la sesión “Experiencia y visión de los productores frente a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad”.
Durante su intervención, Farah presentó la “Experiencia y Visión de los productores frente a la seguridad Alimentaria y la Sostenibilidad”, donde expuso la importancia del sector agropecuario boliviano para la economía del país. “En Bolivia, el sector agropecuario aporta el 15% al PIB, es el primer generador de empleo y contribuye significativamente a la generación de divisas”, afirmó Farah. Destacó que la superficie cultivada anual es de 4,3 millones de hectáreas, con una producción de 23 millones de toneladas, y un hato ganadero de más de 10,7 millones de cabezas de bovino. Estas cifras subrayan el potencial del país en la producción agrícola y ganadera.
No obstante, Farah también señaló los bajos rendimientos de Bolivia en comparación con sus vecinos en cultivos como maíz, trigo, algodón, arroz, quinua y papa. A pesar de una mejor posición en la producción de soya, Bolivia sigue rezagada en comparación con otros países de la región. Ante esta situación, Farah subrayó la importancia de incrementar la productividad sin necesidad de ampliar las áreas agrícolas cultivadas. «Con la superficie actual, Bolivia podría duplicar su producción y triplicar su aporte en divisas si se mejoran las políticas y el acceso a biotecnología», aseguró. (CAO)
Farah también abordó la postura de Bolivia frente a la norma 2020 de la Unión Europea, que impone restricciones ambientales. Hizo un llamado a considerar las realidades regionales antes de imponer tales restricciones y propuso que se promueva la productividad en lugar de la expansión de áreas cultivadas. Además, abogó por precios justos para los productos agrícolas provenientes de campos naturales, enfatizando la necesidad de políticas que favorezcan un desarrollo sostenible del sector.
El simposio concluyó con una visión unificada sobre la necesidad de equilibrar el desarrollo agropecuario con la sostenibilidad ambiental. Los participantes coincidieron en la importancia de trabajar en lineamientos de desarrollo regional que permitan negociar eficazmente con otros bloques económicos, garantizando así la viabilidad y crecimiento del sector agrícola en el Mercosur.