El sector privado, en alianza con el público, comenzó el pasado mes un estudio de actualización de los indicadores zootécnicos para aumentar el cupo de exportación de carne bovina, considerando el trabajo que se viene realizando para el ingreso de la proteína animal a nuevos mercados.
“Con el estudio se va a poder evaluar cuál es la oferta exportable actual de carne vacuna”, comentó Jaime Barrenechea, gerente general de Fridosa. Entrevistado por Valor Agro, afirmó que “a medida que el hato pasó de ser pasivo a altamente productivo, estamos teniendo más oferta de carne”.
Explicó que el complejo cárnico aumentó el peso de carcasa en el orden de un 25% y bajó el tiempo de producción en más de un año. “Cada vez vemos más carne y de mejor calidad, tanto para exportar como para el consumo interno. La diferencia con hace 10 años es notable”, resaltó.
La cuotificación de las exportaciones del Gobierno tiene como objetivo asegurar el abastecimiento de carne en el mercado local y la suba drástica de precios, sin embargo la venta de carne roja al exterior está empezando a transformarse en la bandera para potenciar la economía del país.
A eso se suma el interés de los mercados internacionales por negociar con Bolivia la compra de carne bovina. “Chile llega en agosto para una auditoría y hemos solicitado la exportación de piezas de carne a Brasil”, dijo Barrenechea, sin olvidar que se está trabajando en un proceso de largo plazo para ingresar a Japón. “En Asia hay muchas oportunidades”, agregó.
Para este año se espera que las exportaciones de carne vacuna de Bolivia puedan superar las 20 mil toneladas.
El Gerente General de Fridosa dijo que el desarrollo de los confinamientos están jugando a favor del crecimiento de la ganadería y exportación de carne. “Hay mucha inversión en nutrición, sanidad, genética y sustentabilidad, hoy se están terminando animales en 20 meses a faena con pesos arriba de 250 kilos”, cerró.