La historia de Juan, un agricultor que abandonó su tierra natal en Potosí para emprender en Santa Cruz, refleja desafíos que enfrenta la agricultura boliviana. Con la esperanza de prosperar, Juan invirtió en la producción de soya en la comunidad 26 de Agosto en Cuatro Cañadas. Sin embargo, la sequía y la falta de tecnología adecuada le jugaron en contra, llevando a la pérdida total de su cosecha.
La sequía, un fenómeno cada vez más frecuente debido al cambio climático, ha golpeado duramente a la economía boliviana, especialmente al sector agropecuario. La falta de lluvias adecuadas ha llevado a la pérdida de cultivos y a una disminución en la producción de granos. En este contexto, la tecnología HB4, desarrollada en Argentina y diseñada para resistir la sequía, ha emergido como una solución crucial.
A pesar de la evidente necesidad de adoptar tecnologías innovadoras como HB4, Bolivia se ha rezagado en comparación con sus vecinos sudamericanos. Mientras países como Argentina, Brasil y Paraguay han mejorado su productividad agrícola gracias a la biotecnología, Bolivia ha retrocedido al quinto lugar en la producción de soya, con una disminución de tres millones de toneladas al año.
La implementación de la biotecnología en Paraguay ha sido especialmente exitosa, catapultando al país a la vanguardia en la producción de granos. Este enfoque en la innovación y la tecnología avanzada ha permitido a Paraguay duplicar su producción de soya en comparación con Bolivia.
Fernando Romero, presidente de ANAPO, “advierte sobre las consecuencias del rezago tecnológico de Bolivia”. Según estimaciones, “la adopción de la biotecnología podría aumentar la productividad de los cultivos de soya en un 30%, lo que se traduciría en un significativo ingreso de divisas para la economía nacional”.(Economy)
Sin embargo, el proceso de desarrollar biotecnología propia es largo y requiere una inversión considerable, tanto pública como privada. Aunque el Gobierno tiene un papel fundamental en este proceso, hasta ahora se ha mostrado renuente a autorizar su implementación, posiblemente debido a la falta de información sobre los beneficios de la biotecnología.
Romero y otros expertos en el campo agrícola enfatizan que la resistencia a la biotecnología es más ideológica que técnica. A pesar de la falta de evidencia de daños causados por productos genéticamente modificados, el Gobierno boliviano ha mantenido una postura cautelosa hacia la biotecnología, lo que ha obstaculizado el progreso del sector agrícola en el país.