La prolongada ausencia de lluvias en la zona alta del departamento de Tarija, extendida por más de un mes, ha desatado alarmas entre los agricultores locales, especialmente aquellos dedicados al cultivo de papa. Esta situación, de no revertirse pronto, podría desencadenar un aumento en el precio de este vital producto agrícola.
El dirigente campesino de la zona alta de Tarija, Máximo Zenteno, alertó sobre el riesgo inminente que enfrenta la producción agrícola, especialmente en el municipio de Yunchará, donde la escasez de lluvias amenaza con agotar las reservas de forraje destinadas al ganado.
Zenteno recordó que, durante el último año, los agricultores de la zona alta han enfrentado una serie de fenómenos climáticos adversos, como heladas y granizadas, y ahora se suman a estos desafíos una sequía prematura, algo poco común para esta época del año.
“Ya hace un mes que no llueve, y cuando lo hace, son apenas unos pocos chaparrones. La sequía está afectando severamente los cultivos de papa y haba, así como las reservas de forraje para nuestros animales”, explicó Zenteno, quien además señaló que para mitigar los efectos de la sequía, los agricultores se han visto obligados a utilizar prematuramente el agua almacenada en la presa El Molino.
Sin embargo, Zenteno expresó su preocupación por la capacidad limitada de la presa para abastecer a todos los regantes del cantón de Iscayachi, lo que está reduciendo drásticamente el suministro de agua disponible para riego durante los meses de otoño e invierno.
“Esperamos que pronto lleguen las lluvias y que San Pedro se apiade de nosotros. En el campo, nuestra subsistencia depende únicamente de la producción agrícola”, afirmó Zenteno, advirtiendo que si las lluvias no llegan incluso hasta los días de carnaval, se perderán los cultivos temporales en la región, lo que tendría consecuencias devastadoras para la economía local.