El decreto que limita la venta del diésel impacta de forma directa y negativa en los productores agropecuarios, uno de los pilares fundamentales para la reactivación de la economía nacional.
La no disponibilidad de combustible afecta las siembras de soya y otras producciones donde el diésel es clave para la producción, lo que atrasos en una campaña podría dejar pérdidas importantes a las empresas y con repercusiones, como faltante de alimento y suba de precios, en la economía boliviana.
Ayer, El Deber publicó que la reunión del Gobierno con los sectores productivos no logró desactivar la protesta. Y para las próximas horas se esperan más de 300 tractores y 2.000 productores, especialmente de soya y caña de azúcar, que se concentren en Montero para exigir la derogación de los decretos 4910 y 2911 que atentan contra el sector productivo y el país.
“El tractorazo sigue en pie”, remarcó Eliazer Arellano, presidente del Grupo Norte de la Asociación de Productores Soyeros.
Arellano sostuvo al medio cruceño que los productores demandan la derogación de los decretos 4910 y 4911, que se determine la libre exportación y que se autorice la biotecnología, necesaria en momentos en los que el agro está cada vez más golpeado por los fenómenos climáticos.
Como a los maestros que están en huelga en La Paz y a otros sectores laborales, “el Gobierno nunca ha escuchado al sector productivo. No le importa Bolivia ni la gente humilde que lo apoyó”, dijo el dirigente.
El 12 de abril pasado, el Gobierno aprobó los decretos supremos 4910 y 4911, con el objetivo de incrementar los mecanismos de regulación, control, supervisión y fiscalización en la comercialización de gasolinas y diésel a través de varias modificaciones e incorporaciones al marco legal vigente.