El presidente de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebú), Yamil Nacif, aseguró a Valor Agro que el sector agropecuario a corto plazo va a tomar la posta del país, dado que hoy es el motor activo que puede empujar a la economía boliviana: “El campo pasó a tomar un papel preponderante, tanto es así que hoy el Gobierno nos pone atención”. En cuanto al levantamiento de la vacunación, dijo que los productores ven a la aftosa como un costo dentro de la ecuación financiera de cada propiedad, y el Gobierno como un hecho importante para la política de Estado; pero consideró que “no se está preparado para recibir un brote”.
¿Cómo evalúa el momento de la ganadería en Bolivia?
La ganadería va en crecimiento. Desde hace dos años empezamos las exportaciones a China y, si bien las condiciones jurídicas no son del todo favorables, está empujando a la ganadería. Sabemos que hay más volumen para poder colocar afuera, pudiendo pasar en 20 a 30% la cantidad exportada actualmente, pero lastimosamente tenemos restricciones en toneladas que no favorecen al crecimiento. De todos modos, estamos trabajando para mostrar a la parte gubernamental algunos crecimientos productivos que hoy tienen mediciones desactualizadas que nos permitirían tener más volumen para colocar al mercado internacional.
¿Hoy se está buscando más cupo exportador?
Actualmente tenemos un cupo de 16 mil toneladas y creemos que anualmente podríamos estar por encima de las 25 mil toneladas, sin que afecte la seguridad alimentaria del país, algo que tanto se pregona en Bolivia.
Considerando el escenario económico del país y la falta de divisas por concepto de recursos no renovables, como el gas o los minerales, ¿qué rol puede llegar a tener la agropecuaria para cubrir esa necesidad mirando más al mercado exterior?
Seguro que a corto plazo, ya no más a mediano ni largo plazo, los agronegocios van a tomar la posta del país. Ya lo están haciendo. Lastimosamente por herencia administrativa el país ha venido perdiendo minerales y gases, ingresos que fueron tan privilegiados pero las reservas se han ido disminuyendo. Entonces, el campo pasó a tomar un papel preponderante, tanto así que hoy el Gobierno nos pone atención. En la última exposición, en Agropecruz, estuvo el Ministro junto a los productores agropecuarios. Hoy la atención de ellos tiene que estar sobre nosotros porque somos un grupo de personas que trabajamos por la seguridad alimentaria y la exportación, el motor económico de potencial y que está quedando activo.
¿Hay condiciones para poder producir?
Se necesitan mejores condiciones para el productor. La principal es la seguridad jurídica de la tierra. En Bolivia hay una contradicción muy grande con la tierra, ya que puede estar titulada pero de repente grupos de choque del Gobierno ponen la mira ahí y estás propenso a la reversión de tierras. Por tanto, la seguridad jurídica de tierras es la principal condición que necesitamos. En segundo lugar, condiciones para usar en agricultura materiales transgénicos, porque las producciones actuales no son las que necesitamos, el maíz como negocio no es bueno en el país. Hay muchos eventos, también en soya, que no podemos utilizar. Tenemos muchísimo potencial, pero estamos restringidos. También nos restringen el diésel, son barreras que paso a paso intentamos romper para seguir produciendo y levantando al país. Reitero: somos un motor activo que no para, tenemos mucha gente alrededor y nos encargamos de empujar, somos quienes hacemos hasta las relaciones internacionales del comercio de la carne bovina o de la genética.
Con la frágil situación económica del país y el campo llamado a ser protagonista, ¿entiende que estamos en un momento clave para que el Gobierno pueda flexibilizar algunas condiciones que hoy están afectando al principal motor activo para inyectar divisas al país?
Considerando ese esquema, hace varios años que el Gobierno ya debería haber flexibilizado algunas condiciones, pero no lo quieren entender. No deja de ser una base política que predomina en la cabeza de las personas que nos gobiernan. Esa base política se debe ir rompiendo con propuestas claras, que no son solo las de ellos; porque ellos están sostenidos por lo que comúnmente llaman pueblo, y realmente son grupos propios de su partido de Gobierno que van por el desastre.
En relación a la sanidad animal, recientemente se realizó un simposio sobre la vacunación contra la fiebre aftosa que buscó mostrar el concepto de que libre es libre sin importar la vacunación o no, y se manejó lo siguiente: “La aftosa es una enfermedad política”. Mientras tanto, un día antes el Gobierno anunció que dejaría de vacunar en Santa Cruz, ¿considera que se trata de un tema político y no tanto productivo o comercial?
Si y no. Realmente en Bolivia son 23 años que estamos vacunando y muchos años sin brotes. El servicio sanitario tiene justificativos para decir que somos un país libre de aftosa y podemos enfrentar el nuevo paso de ser libres sin vacunación. Incluso ya hay regiones del país que están certificadas como libres sin vacunación. Por un sistema de comercialización de no riesgo de exportación de carne, una parte de los ganaderos de Santa Cruz posicionan la idea de mantener la vacuna, también acompañada por lo que se dijo en el simposio de sanidad de la misma categoría entre sin y con vacuna. Pero resulta que las áreas que están sin vacuna no pueden entrar animales vacunados por más que estén libres de aftosa. Por tanto, hoy tenemos que hablar de un trabajo grande que se debe hacer en la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), y se que ya están desarrollando desde el punto de vista técnico y científico. Pero hasta que eso llegue aquí vamos a estar libres sin vacunación, porque está en la mira del servicio sanitario y para ellos subir el estatus es muy importante dentro de la política de Estado.
¿Dejar de vacunar contra la fiebre aftosa da tranquilidad al productor?
El 99% de los productores te dicen que está feliz con dejar de vacunar, ya que lo hacen como un concepto propio. En Bolivia el costo de la vacuna y el servicio de vacunación es costo propio del productor, y no como en otros países que es donada por el Gobierno. Dejar de vacunar es sacar un costo de la ecuación financiera de cada propiedad. Ahora, ¿cuáles son los riesgos que nadie quiere enfrentar? Si dejamos de vacunar deberíamos tener un sistema de vigilancia adecuado, recursos para mitigar el caso lo más inmediatamente posible. Y eso no existe. No se si la correcta visión es dejar de pelear con el servicio sanitario para no dejar de vacunar o pelear para acelerar el estar preparados para dejar de vacunar.
¿Bolivia está preparada para dejar de vacunar contra la aftosa?
No está preparada para recibir ni un brote, con o sin vacunación. Y no te olvides que vacunando también podemos enfrentar un brote. Entonces no hay una regla que nos diga que con la vacuna vamos a mitigar el riesgo, pero el país no está preparado para ninguno de los dos casos con un brote de aftosa.
En otro orden, ¿cómo viene trabajando la ganadería en cuanto a la mejora de los índices productivos y la incorporación de genética en los rodeos comerciales?
Como Asocebu venimos realizando un trabajo arduo en todo lo referido al mejoramiento genético de las razas. Se ha dedicado mucho espacio a la raza Nelore y Nelore mocho. El jurado de la última exposición ratificó que en Bolivia tenemos el mejor Nelore mocho del mundo. Entonces, ese trabajo lo enviamos a los hatos comerciales por medio de toros y semen, y los resultados están siendo espectaculares. Por segundo año consecutivo hacemos juzgamiento de carcasa, la última media del concurso de animales menores a dos años, entre 20 a 22 meses, fue de 275 kilos de carcasa. Y cuando vas a la base de datos del Gobierno y miden la carcasa todavía están en los 196 kilos. Ese es el mejoramiento genético que mostramos al Ministro, hay un mejoramiento genético que está haciendo más eficiente la producción, bajando la edad y teniendo más kilos de carne por unidad, lo que facilita a hacer una rotación más rápida y tener mayores excedentes de exportación.
¿Cómo ve el potencial internacional?
La calidad de la carne es muy buena. Todavía se mantiene el sabor de la carne verde, un factor muy positivo que abre mercados. La evolución de los últimos 10 años ha sido inmensa. Ahora se trabaja con Chile, Japón, Tailandia, Arabia y otros. Hay intención de dar más espacio, pero teniendo a China insatisfecho, las oportunidades son grandes. Solo que hay una barrera principal que nos pone el Gobierno.
¿La exportación significó cambios en la ganadería?
Cuando arrancó la exportación se empezaron a dar innumerables nuevos proyectos de ganadería, y muchos de recursos del exterior porque encontraron una tierra barata y un negocio rentable. Pero nuevamente empezaron los ataques del Gobierno, ya que el partido actual tomó el poder y se frenó todo. Bolivia tiene espacio, posibilidades y mucha fuerza para aumentar el hato ganadero. Para todo eso se necesitan reglas claras y las inversiones serán muy superiores.