En un contexto de dificultades económicas acentuadas por la escasez de divisas, el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, ha reabierto el debate sobre el uso de la biotecnología en el país. Aunque estas herramientas están vetadas por la ley de la Madre Tierra, la escasez de dólares ha llevado a considerar el uso de avances tecnológicos, especialmente en semillas de soya, para impulsar las exportaciones del sector no tradicional y, por consiguiente, aumentar las reservas de dólares.
Participando en la Confederación Nacional de Productores Cañeros de Bolivia (Concabol), Arce enfatizó la necesidad de estimular la producción agropecuaria y la agronomía de precisión mediante el uso de todas las tecnologías disponibles. Anunció la decisión del Gobierno de desarrollar una biotecnología boliviana propia, firmando un convenio con el sector cañero para avanzar en estas iniciativas y reducir los costos de producción mientras se aumentan los rendimientos del sector agroindustrial.
“El Gobierno nacional tomó la decisión de llevar adelante su propio desarrollo de una propia biotecnología boliviana, no podemos nosotros estar dependiendo porque lo que queremos es romper justamente esa dependencia de la importación de varios insumos agropecuarios para garantizar la seguridad alimentaria y convertirnos en un país potencialmente productor de materia prima de alimentos y de industrialización de esa materia prima”, subrayó el presidente.
Durante el acto, Arce aseguró a los productores que consideran al Gobierno como su mejor aliado para aumentar la producción. En un mundo que ahora gira en torno al desarrollo de estas herramientas, Bolivia no puede quedarse atrás. A pesar de años de tensiones y acercamientos entre el Gobierno del MAS y los productores, Arce destaca la importancia de incrementar la producción y productividad para superar la pobreza en el país.
El compromiso con la biotecnología no es nuevo, y en agosto pasado, representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) discutieron el desarrollo de semillas genéticamente modificadas en diversos cultivos. Arce reiteró en septiembre de 2023 que el Gobierno trabaja en este tema, citando la crisis climática y la necesidad de proteger la naturaleza como motivadores para la creación de una biotecnología propia.
Aunque solo el tiempo revelará la concreción de estas iniciativas, actualmente se observa un acercamiento del Gobierno hacia el sector agroindustrial. El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, indicó que “el Gobierno está trabajando estrechamente para agilizar las exportaciones del sector oleaginoso”.
En un acuerdo adicional con los cañeros, se selló un pacto para la provisión de etanol durante los próximos tres años. El contrato establece que los productores entregarán más de 200 millones de litros de etanol al Estado a través de la Estatal YPFB. El precio del etanol en Bolivia será de Bs 4,94 por litro durante la duración del contrato, con volúmenes planificados por el Ministerio de Hidrocarburos y proyectando un aumento anual de la dotación de alcohol anhidro, asegurando así una cantidad no menor a la de gestiones anteriores.